"Y
sucedió que mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento,
y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un
pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada." (Lc 2,6-7)
Ayer antes de dormir, pensaba que cuando el año toca a su
fin el hombre se hace más amable; en las Navidades se muestra siempre más
afable.
Se acuerdan más
del prójimo que en meses anteriores; la risa de los niños compensa las fatigas
y sinsabores del trabajo. Es menos egoísta que en cualquier otra fecha y el
espíritu navideño lo embarga y renueva.
En Navidad el hombre es más generoso y tierno; es más
servicial, pues lo impulsa el amor fraterno, el ambiente navideño. Por un
tiempo se olvida de intereses mezquinos y no busca otro pago que la sonrisa de vecino.
Se esfuerza por el prójimo, y a mí me parece que en Navidad
es más como Dios quiere, que el mundo sea.
Si tuviese que pintar el retrato de un hombre, yo
esperaría a que fuera navidad.
No quiero pintarlo mientras trabaja y sólo piensa en el
dinero, en largos y pesados días en que se pone a sí mismo primero. No cuando
hace muecas de disgusto o desprecio o dolor. Lo pintaría en Navidad, cuando
está en todo su esplendor.
Siempre estamos en lucha
y somos hasta cierto punto incomprendidos, y hay días en que su lado
malo al bueno deja chico.
Mas en Navidad la bondad los rige y de sí mismos se
olvidan, abrimos el corazón de par en par y se dejan de insidias. Yo diría que
en Navidad el ser humano se acerca a lo que el Supremo Creador ha dispuesto que
sea.
Navidad, oh Navidad, vive siempre entre nosotros, Señor, ayúdanos a cada uno de
nosotros, sea cual sea su fe, a recordar que cada día es Navidad.
Feliz navidad….
No hay comentarios.:
Publicar un comentario