lunes, 25 de noviembre de 2013

El sueño de María

Un hermoso texto para meditar sobre la venida de Jesucristo.


     ¿Sabes José?... No lo pude comprender, realmente no, pero creo que se trataba del nacimiento de nuestro Hijo. Sí creo que era acerca de esto.  La gente estaba haciendo preparativos con seis semanas de anticipación. Decoraba las casas y compraba ropas nuevas. Salían muchas veces de compras y adquirían regalos.

Era muy peculiar, ya que los regalos no eran para nuestro Hijo. Los envolvían con hermosos papeles y los ataban con preciosos moños, todo lo colocaban debajo de un árbol adornado. Sí, era un árbol, José, adentro de sus casas. Esta gente estaba decorando el árbol también. Las ramas llenas de esferas y adornos que brillaban. Había una figura en lo alto del árbol. Me parecía ver un ángel ¡Oh! Era verdaderamente hermoso.

     Toda la gente estaba feliz y sonriente. Todos estaban emocionados por los regalos, se los intercambiaban unos con otros. José, lo triste es que no quedó un solo regalo para nuestro Hijo. Sabes, creo que ni siquiera lo conocen, pues nunca se les oyó que mencionaran su nombre.

     ¿No te parece extraño que la gente se meta en tantos problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera conocen?

     Tuve la extraña sensación de que si nuestro Hijo hubiera estado presente en esa celebración hubiese sido un intruso solamente. Todo estaba tan hermoso, José, todo mundo feliz; pero yo sentí ganas enormes de llorar. Y así lo hice. Que tristeza para Jesús, no querer ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños.

     Me alegré al despertarme. Que contenta me siento porque solo fue un sueño. Pero que terrible José si eso hubiese sido realidad.

Autor Anónimo.

Reflexionemos:
     ¿Cómo pasamos nosotros la Navidad? No olvidemos; quién es el que viene, porqué viene, adonde viene y de donde viene.- Navidad es: gozo, alegría, época de dar, de darnos, pero también es tiempo de dar gracias, de pedir perdón, de hacer propósitos nuevos para renacer a una nueva vida muy cerca de Jesús. Así Sea.





El mejor regalo de Navidad

El mejor regalo de Navidad

En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de Educación Rusa, para enseñar moral y ética (basado en principios bíblicos) en las escuelas públicas.  Fueron invitados a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de bombero y policía, y en un inmenso orfanato.  Alrededor de 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados, y dejados en cargo de un programa del gobierno, estaban en este orfanato.  Ellos relatan esta historia en sus propias palabras.
Se acercaban los días de fiestas Navideñas, 1994, tiempo para que nuestros huérfanos escucharan por primera vez, la historia tradicional de Navidad.  Les contamos como María y José llegaron a Belén.  No encontraron albergue en la posada y la pareja se fue a un establo, donde nació el niño Jesús y fue puesto en un pesebre.
Durante el relato de la historia, los niños y los trabajadores del orfanato estaban asombrados mientras escuchaban.  Algunos estaban sentados al borde de sus taburetes, tratando de captar cada palabra.  Terminando la historia, le dimos a los niños tres pequeños pedazos de cartulina para que construyeran un pesebre.  A cada niño le dimos un pedazo de papel cuadrado cortados de unas servilletas amarillas, que yo había traído conmigo pues no habían servilletas de colores en la cuidad.
Siguiendo las instrucciones, los niños rasgaron el papel y colocaron las tiras con mucho cuidado en el pesebre.  Pequeños pedazos de cuadros de franela, cortados de un viejo camisón de dormir que había desechado una señora Americana al irse de Rusia, fue usado para la frazada del bebé.  Un bebé tipo muñeca fue cortado de una felpa color canela que habíamos traído de los Estados Unidos.
Los huérfanos estaban ocupados montando sus pesebres, mientras yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban ayuda.  Parecía ir todo bien hasta que llegue a una de las mesas donde estaba sentado el pequeño Misha.  Lucía tener alrededor de 6 años y ya había terminado su proyecto.  Cuando miré en el pesebre de este pequeño, me sorprendió ver no uno, sino dos bebés en el pesebre.  Enseguida llamé al traductor para que le preguntara al chico porque había dos bebés en el pesebre.  Cruzando sus brazos y mirando a su pesebre ya terminado, empezó a repetir la historia muy seriamente.
Para ser un niño tan pequeño que solo había escuchado la historia de Navidad una vez, contó el relato con exactitud… hasta llegar a la parte donde María coloca el bebé en el pesebre.  Entonces Misha empezó a agregar.  Inventó su propio fin de la historia diciendo, “ y cuando María colocó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar donde ir.  Yo le dije, "no tengo mamá y no tengo papá, así que no tengo donde quedarme.  Entonces Jesús me dijo que me podía quedar con El.  Pero le dije que no podía porque no tenía regalo para darle como habían hecho los demás.  Pero tenía tantos deseos de quedarme con Jesús, que pensé que podría darle de regalo.  Pensé que si lo pudiera mantenerle caliente, eso fuera un buen regalo.
Le pregunté a Jesús, “ Si te mantengo caliente, sería eso un buen regalo?”
Y Jesús me dijo, “Si me mantienes caliente, ese sería el mejor regalo que me hayan dado".
Así que me metí en el pesebre, y entonces Jesús me miró y me dijo que me podría quedar con El… para siempre.”
Mientras el pequeño Misha termina su historia, sus ojos se desbordaban de lágrimas que les salpicaban por sus cachetes.  Poniendo su mano sobre su cara bajo su cabeza hacia la mesa y sus hombros se estremecían mientras  sollozaba y sollozaba.
El pequeño huérfano había encontrado alguien quien nunca lo abandonaría o lo abusara, alguien quien se mantendría con el…PARA SIEMPRE.

Gracias a Misha he aprendido que lo que cuenta, no es lo que uno tiene en su vida, si no, a quien uno tiene en su vida.  No creo que lo ocurrido a Misha fuese imaginación.  Creo que Jesús de veras le invitó a estar junto a El PARA SIEMPRE.  Jesús hace esa invitación a todos, pero para escucharla hay que tener corazón de niño.

Cuento de Navidad

Cuento de Navidad

Era la noche de Navidad. Un ángel se apareció a una familia rica y le dijo a la dueña de la casa:
- Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitarte a tu casa.
La señora quedó entusiasmada: Nunca había creído posible que en su casa sucediese este milagro. Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, conservas y vino importados.
De repente sonó el timbre. Era una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado por un embarazo muy adelantado.
- Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme? Estoy embarazada y tengo mucha necesidad del trabajo.
-¿Pero esta es hora de molestar? Vuelva otro día, respondió la dueña de la casa. Ahora estoy ocupada con la cena para una importante visita.
Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta.
- Señora, mi camión se ha arruinado aquí en la esquina. ¿Por casualidad no tendría usted una caja de herramientas que me pueda prestar?
La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se irritó mucho:
- ¿Usted piensa que mi casa es un taller mecánico? ¿Dónde se ha visto importunar a la gente así?. Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies inmundos.
La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champaña en el refrigerador, escogió de la bodega los mejores vinos, preparó unos coctelitos.
Mientras tanto alguien afuera batió las palmas. Será que ahora llega Jesús, pensó ella emocionada y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús. Era un niño harapiento de la calle.
- Señora, deme un plato de comida.
-¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado? Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada.
Al final, la cena estaba ya lista. Toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita. Sin embargo, pasaban las horas y Jesús no parecía. Cansados de esperar empezaron a tomar los coctelitos, que al poco tiempo comenzaron a hacer efecto en los estómagos vacíos y el sueño hizo olvidar los pollos y los platos preparados.
A la mañana siguiente, al despertar, la señora se encontró , con gran espanto frente a un ángel.
- ¿Un ángel puede mentir? Gritó ella. Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma?
-          No fui yo quien mentí, fue usted la que no tuvo ojos para ver, dijo ángel. Jesús estuvo aquí tres veces, en la persona de la mujer embarazada, en la persona del camionero y en el niño hambriento. Pero usted no fue capaz de reconocerlo y de acogerlo.


(Frei Betto, A Comunidad de fe. Catecismo popular, Sao Pulo, 1989, pp 50-52)

martes, 19 de noviembre de 2013

Los cangrejos...¿mexicanos?

Pregunta el amigo, Oye: Por qué tienes una cubeta de cangrejos "tapada" y la otra cubeta de cangrejos "destapada" Oh, muy simple: La cubeta de cangrejos "tapada" es la de cangrejos japoneses, por que si la dejara abierta, un CANGREJO JAPONES, subiría con ayuda de los otros y cuando llegara hasta arriba, ayudaría a que los demás cangrejos subieran, repetirían este proceso varias veces y todos juntos escaparían. 
Pregunta de nuevo el amigo: 
Y la otra cubeta, ¿por qué está destapada? Ah, la otra, es de CANGREJOS MEXICANOS
!, y cuando uno de ellos, quiere ASCENDER, -jajaja- es imposible que lo haga, pues los demás cangrejos, se encargan de DERRIBARLO.

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿La escritura en extinción?

Escrito a mano por Guillermo Jaim Etcheverry.

 ¿Cuánto hace que no experimentamos el placer de recibir una carta manuscrita en letra cursiva? La caligrafía es una habilidad humana en rápida extinción, porque ya casi no se enseña en las escuelas.

En Inglaterra se vuelve a usar la estilográfica para que los estudiantes aprendan la grafía. En Francia también se considera que no se debe prescindir de esa habilidad, pero allí el problema reside en que ya no la dominan ni los maestros.
Aunque el mundo adulto no está aún preparado para recibir las nuevas inteligencias de los niños producto de la tecnología, la pérdida de la habilidad de la escritura cursiva explica trastornos del aprendizaje que advierten los maestros e inciden en el desempeño escolar.

En la escritura cursiva, el hecho de que las letras estén unidas una a la otra por trazos permite que el pensamiento fluya con armonía de la mente a la hoja de papel. Al ligar las letras con la línea, quien escribe vincula los pensamientos traduciéndolos en palabras.

Por su parte, el escribir en letra de imprenta implica escindir lo que se piensa en letras, desguazarlo, anular el tiempo de la frase, interrumpir su ritmo y su respiración.

Si bien ya resulta claro que las computadoras son un apéndice de nuestro ser, hay que advertir que favorecen un pensamiento binario, mientras que la escritura a mano es rica, diversa, individual, y nos diferencia a unos de otros.

Habría que educar a los niños desde la infancia en comprender que la escritura responde a su voz interior y representa un ejercicio irrenunciable. Los sistemas de escritura deberían convivir, precisamente por esa calidad que tiene la grafía de ser un lenguaje del alma que hace únicas a las personas. Su abandono convierte al mensaje en frío, casi descarnado, en oposición a la escritura cursiva, que es vehículo y fuente de emociones al revelar la personalidad, el estado de ánimo.

Posiblemente sea esto lo que los jóvenes temen, y optan por esconderse en la homogeneización que posibilita el recurrir a la letra de imprenta. Porque, como lo destaca Umberto Eco, que interviene activamente en este debate, la escritura cursiva exige componer la frase mentalmente antes de escribirla, requisito que la computadora no sugiere.

En todo caso, la resistencia que ofrecen la pluma y el papel impone una lentitud reflexiva.

Como en tantos otros aspectos de la sociedad actual, surge aquí la centralidad del tiempo. Un artículo reciente en la revista Time, titulado: Duelo por la muerte de la escritura a mano, señala que es ése un arte perdido, ya que, aunque los chicos lo aprenden con placer porque lo consideran un rito de pasaje, "nuestro objetivo es expresar el pensamiento lo más rápidamente posible. Hemos abandonado la belleza por la velocidad, la artesanía por la eficiencia.

La escritura cursiva parece condenada a seguir el camino del latín: dentro de un tiempo, no la podremos leer". Abriendo una tímida ventana a la individualidad, aún firmamos a mano. Por poco tiempo...

 El autor es educador y ensayista



martes, 5 de noviembre de 2013

El país de los perezosos

En cierta lejana comarca habia un pais de perezosos, cuyos habitantes se pasaban la vida excavando la tierra en busca de tesoros. Era lo único que querian hacer; pero a pesar que durante muchisimos años cavaron y cavaron, nunca hallaron nada. Por esa razon todos andaban siempre tristes y el rey se habia vuelto irritable y rezongon.

Cierta vez llegó a ese pais un joven alegre y contento, que caminaba a los saltos y silbaba una bella canción. Los cavadores le aconsejaron que dejara de silbar, porque el rey, que siempre estaba enojado, podia condenarlo a muerte.

El joven rio y pidio que lo llevaran a presencia del rey. Los cavadores interrumpieron su tarea y, asustados y sorprendidos lo condujeron al palacio real. En el camino le preguntaron:

- ¿Como te llamas?

- Oved -respondio el joven.

- ¿Por que silbas todo el tiempo?

- Porque me siento bien y estoy contento.

- ¿Por que estas tan contento?

- Porque poseo mucho oro.

Al oir esto, sus acompanantes se regocijaron grandemente, y al llegar al palacio refirieron todo al rey. El rey pregunto a Oved:

- ¿Es verdad lo que dicen que posees mucho oro?

- Es verdad. Tengo siete bolsas repletas de oro.

El rey se entusiasmo, llamó a sus servidores y ordenó que le llevaran todo el oro. Pero Oved sonrió y le dijo:

- No se apresure, Su Alteza. Hace falta mucho tiempo para que ese oro llegue hasta aqui. Se halla en una caverna, cuidado por un monstruo de siete cabezas. Solo yo puedo sacarlo de alli. Deme todos sus hombres durante un año, y con la ayuda de ellos podre liberar el oro
de las garras del monstruo.

El rey no tenia alternativa, e hizo lo que Oved le habia pedido: puso a su disposicion a todos sus súbditos, a quienes ordenó que cumplieran las indicaciones del joven.

Oved ordenó a la gente que fueran a buscar caballos y bueyes, que tomara azadas y arados y que roturara todas las tierras fertiles del reino. Despues de arar les ordenó que sembraran, y cuando llegó el tiempo de la cosecha, llenaron setenta carros con el trigo de la mejor calidad. Durante todo ese tiempo, el rey alertaba a Oved una y otra vez:

- Si al cabo del año no me traes las siete bolsas repletas de oro, te haré matar...

Oved le explicaba: - Necesito este trigo para tapar las bocas del monstruo- y seguia silbando y cantando alegres canciones.

Durante siete dias anduvo Oved a la cabeza de la caravana de los setenta carros cargados hasta el tope, hasta que llegaron a una gran ciudad ubicada en medio de un paramo. Cuando los mercaderes de la ciudad vieron el trigo, pagaron por el mucho dinero: siete bolsas de oro.

Pasaron otros siete dias y Oved regreso al palacio real. Al verlo, el rey le pregunto:

- ¿Has logrado vencer al monstruo?

Oved rio y le respondió: - Si, Su Alteza, lo he logrado, porque el monstruo no es otro que la pereza de sus súbditos.

Cuando el rey oyó el relato de Oved y vio las bolsas repletas de oro, exclamó asombrado:

- En verdad, el que labra su tierra se saciara de pan. Nosotros mismos podemos extraer de anualmente de nuestra tierra siete bolsas de oro , y aún mas que eso. Por favor, Oved, quedate aqui y reina sobre mis súbditos. Bajo tu reinado aprenderán a trabajar y amar el esfuerzo.

Oved se negó y agregó:

- En el mundo queda aun mucha gente que no conoce el secreto de la agricultura, y la bendicion que esta puede traerle. Debo ensenarles a rotular, arar y sembrar, debo revelarles el secreto del trigo dorado que se convierte en pan.

Y volvió a andar por los caminos, feliz y contento como siempre.