jueves, 29 de agosto de 2013

No desistas

Dos ratoncitos cayeron dentro de un jarro de leche. Al ser el borde del jarro demasiado alto, quedaron atrapados en el recipiente y se pusieron a nadar freneticamente para no hundirse. LLevaban agitandose así un buen rato cuando uno de los dos perdió toda esperanza y abandonó la lucha. Dejo de nadar y se ahogó. El otro extenuado, decidió seguir luchando hasta el límite extremo de sus fuerzas. Nadó y nadó sin descanso. De repente, la leche se convirtió en mantequilla y apoyándose sobre esta nueva materia, el ratoncito saltó por encima del borde y escapó.

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